5 de diciembre de 2012

Poeta sucumbiendo bajo un alud de ollas de acero inoxidable

Poeta sucumbiendo bajo un alud de ollas de acero inoxidable


Poeta sucumbiendo bajo un alud de ollas de acero inoxidable tiene, como todo libro de poemas de este tiempo que se precie, una historia que subyace, un común denominador o hilo conductor. Este es la vida de Karinia, el personaje protagonista, la ama de casa en la que se pretende encarnar y reivindicar las vidas de tantas personas anónimas como han tenido en el pasado y tienen hoy, una inclinación visceral, abrasiva, que no las deja vivir en paz, por una faceta del arte –en lo que nos ocupa, la literatura-, y que pasan sus vidas, tristemente en muchos casos, sin desarrollar esa tendencia innata y las capacidades, pocas o muchas, asociadas a ella. 

Personas que arrastran su existencia encerradas (de ahí el motivo de portada) en las mazmorras que ellas mismas, por generosidad, se fabrican. Atados o atadas a las cadenas que ellos o ellas mismas se ponen. Inmersos en una dinámica que ahoga sus aspiraciones, dinámica contra la que se rebelan, pero que termina imponiéndose. En el caso de Karinia, al ser ama de casa, mujer, esas cadenas son más sangrantes (contradictorias) aún, porque ya no vienen de una decisión obligada por la propia circunstancia de la vida, como el trabajo, sino, además, por la decisión de obrar el amor, la categoría más alta del amor: la maternidad y todo lo que conlleva. Esa situación y su peculiaridad es la que sirve al autor de palanca para reivindicar su libertad, la libertad que ella misma debe darse para lograr su objetivo artístico, sin tener por qué renunciar para nada al papel de madre, y la otra libertad, la que le es debida por la sociedad a la que pertenece. A este motivo principal del libro, se unen otros que hablan de circunstancias aledañas que lo complementan, entre ellos esa segunda parte, de alguna manera apéndice, en la que se destacan vicisitudes del propio autor/narrador, en su relación con el personaje principal y con otros secundarios de la historia.

Manuel de Mágina

Nacido en Jaén, en 1959. Fue integrante del colectivo local de la tertulia literaria de Fuentenueva (Baeza) (1995-2002).  Entre 1993 y 2001 ejerció como colaborador de opinión en el periódico local “Diario Jaén”. 

A partir de 2008, decidió dedicar todo su tiempo posible y esfuerzos a la tarea que más le importa: a la literatura. Fruto de ese giro nació, en los años 2010 y 2011, “Poeta sucumbiendo bajo un alud de ollas de acero inoxidable”, poemario que publicó al año siguiente la recién estrenada editorial “El desván de la memoria”. 



1 comentario:

  1. Un excelente libro, y no lo digo porque yo haya sido su editor. Es de esas obra especiales, de una originalidad inmensa, que uno ha tenido la suerte de que caiga en sus manos y de poder ser el medio para que llegue a los lectores.
    Ramón Alcaraz

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