12 de junio de 2015

El árbol de la ciencia

El árbol de la ciencia

Publicada en 1911, El árbol de la ciencia (para el propio Pío Baroja «el libro más acabado y completo de todos los míos») es la obra en la que la técnica narrativa del novelista –el gusto por la sucesión ininterrumpida de acontecimientos, la abundancia de personajes secundarios, la hábil articulación de situaciones críticas, el impresionismo descriptivo, el rápido trazo de caracteres– alcanza su mayor eficacia, así como aquella en que, en palabras de Azorín, se halla «mejor que en ningún otro libro el espíritu de Baroja».

Es la tercera novela de la trilogía La Raza. Narra en ella la vida de Andrés Hurtado desde el comienzo de sus estudios de medicina. El menor atisbo de felicidad asoma en su existencia vulgar: una facultad agria, una familia poco afectuosa y unos amigos nada generosos. Su propia profesión le sirve para odiar más a los hombres, y sólo junto a Lulú, una muchacha atrevida y que rebosa ternura, encuentra Andrés cierta felicidad.

Pío Baroja

Pío Baroja Nessi (San Sebastián, 1872-Madrid, 1956), estudió la carrera de Medicina en Madrid y Valencia, doctorándose en 1893 pero ejerció poco tiempo como médico. Hombre de carácter solitario y pesimista, características que aparecen reflejadas en sus obras. Su concepción filosófica sufre las influencias de Kant, Schopenhauer y Nietzsche. Su primera novela fue Vidas sombrías (1900), a la que siguió el mismo año La casa de Aizgorri, novela que forma parte de la primera de sus trilogías, Tierra vasca, que también incluye El mayorazgo de Labraz (1903) y Zalacaín el aventurero (1909). Con Aventuras y mixtificaciones de Silvestre Paradox (1901), inició la trilogía La vida fantástica, expresión de su individualismo anarquista y su filosofía pesimista, integrada además por Camino de perfección (1902) y Paradox Rey (1906). 

Alcanzó la fama fuera de España a través de la trilogía La lucha por la vida, descripción de los bajos fondos de Madrid, que forman La busca (1904), La mala hierba (1904) y Aurora roja (1905). Viajó por España, Italia, Francia, Inglaterra, los Países Bajos y Suiza, y en 1911 publicó El árbol de la ciencia, posiblemente su novela más reconocida. Entre 1913 y 1935 aparecieron los 22 volúmenes de una novela histórica, Memorias de un hombre de acción, basada en el conspirador Eugenio de Avinareta, uno de los antepasados del autor que vivió en el País Vasco en la época de las Guerras carlistas. Entre 1944 y 1948 aparecieron sus Memorias, subtituladas Desde la última vuelta del camino. 

En 1935 pasó a formar parte de la Real Academia Española, y emigró a Francia cuando estalló la Guerra Civil española, regresando en 1940. A su vuelta, Pío Baroja se instaló en Madrid, donde llevó una vida alejada de cualquier actividad pública, hasta su fallecimiento el 30 de octubre de 1956.