8 de marzo de 2018

La buena moza

La buena moza

El lunes de Pentecostés del año 1841, mientras la gente regresaba de la romería del Carmen de Extramuros, la torre de la catedral de Valladolid —a la que los ciudadanos llamaban con orgullo la Buena Moza— se vino al suelo con gran estrépito arrastrando en su caída a Valeriana, la mujer del campanero. 

Recuperando a algunos personajes reales e inventando otros, Miguel Ángel Galguera nos traslada, a partir de este singular episodio de la historia, a una época de bravucones y señores, guapas y trabajadores, gitanos y alguaciles, que verán cómo un gallego es el único capaz de tumbarse él solo a la Buena Moza de Valladolid. Si las ciudades tienen alma, sin duda Miguel Ángel Galguera ha sabido mostrarnos con ingenio y prosa singular la de esta villa castellana.


Miguel Ángel Galguera

Miguel Ángel Galguera nace en San Roque del Acebal (Asturias) el año 1953. Pero como a él le gusta decir, en tierras del Valle de Mijares. En el Concejo de Llanes. Asturias. Afincado en Valladolid desde 1974, es funcionario municipal jubilado, licenciado en Derecho y escritor. Con 'Hay una línea trazada' (Novela Inédita) rozó el triunfo en el Premio Lengua de Trapo 2000.El 'Valle invisible' volvió a convertirlo en finalista, esta vez del Premio Tigre Juan, de Oviedo. 'Acordaos de los presos' (Novela Inédita), le acercó, sin suerte, al Premio Caja España de Cuentos 2002. A cambio, según dice, cuenta con unos pocos amigos en la vida.

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